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La Música que Da Vida a la Feria de Abril de Sevilla
Cada primavera, Sevilla se convierte en un espectáculo de color, alegría y música. La Feria de Abril no solo es una celebración de la cultura andaluza, o de Sevilla, sino también un escenario donde los instrumentos musicales cobran vida y hacen vibrar el alma de quienes la visitan.
Si hay un instrumento que define la Feria de Abril, es la guitarra flamenca. Con su sonido envolvente y su capacidad de transmitir emociones, acompaña cada zapateo, cada cante y cada alegría que se vive en las casetas.
Enrique Palacios EP-350 Flamenca
Originario de Perú pero adoptado por el flamenco, el cajón flamenco es la base rítmica que marca el compás de las sevillanas y otros estilos. Su sonido seco y profundo complementa la pasión del baile y el cante.
Estas pequeñas piezas de madera, que caben en la palma de la mano, tienen raíces profundas en la cultura mediterránea, pero fue en Andalucía donde encontraron su voz más flamenca. En la Feria, las castañuelas no son solo un instrumento: son una extensión del alma del baile.
Los cantaores y cantaoras dan vida a la Feria con letras que narran el amor, la fiesta y la tradición. Cada quejío y cada letra tienen el poder de transportar a los oyentes a tiempos y emociones únicas.
Así, en el corazón de Sevilla, cuando la primavera estalla en colores y aromas, la Feria de Abril transforma la ciudad en un escenario de tradición, alegría y música viva. Entre farolillos y volantes, los sonidos más emblemáticos acompañan esta fiesta junto a su gente.
Durante un día cualquiera en el Real de la Feria, entre casetas, vino fino y risas, se escucha el taconeo de los bailaores, la dulzura de sus trajes y, con él, el "clac-clac" rítmico de las castañuelas marcando el compás, o los rasgeos de sus guitarras o voces. Tocando, bailando y cantando, con gracia heredada, hacen que suene la historia: la de un pueblo que celebra con arte.
Así, año tras año, estos instrumentos siguen acompañando sevillanas, palmas y canciones, recordando que la Feria de Abril no se baila solo con los pies, sino también con las manos... y con el corazón.
